Cuba
por dentro.
En
algunos espacios he defendido la siguiente tesis: las estructuras
políticas, estatales y gubernamentales, acuciadas quizás por los
duros condicionamientos a los que se vio sometida Cuba tras la
debacle de los regímenes socialistas de Europa Oriental, a cuyo
destino se ligaba el desarrollo económico (la supeditación política
había sufrido afortunadamente retrocesos importantes, aunque no del
todo efectivos) del país, perdieron de vista el trabajo político.
Me refiero al trabajo político serio, profundo, sincero, encaminado
a cambiar a las personas promoviendo su participación consciente en
la construcción de la nueva sociedad, no al adocenado que en lugar
de formar conciencia y asentar la ideología socialista, ha devenido
en deformador y peligroso boomerang.