Por Nairovin
Ojeda Durán y Juan Manuel Alvarez Tur
El
tema que suscita las siguientes líneas ha vivido enraizado en el
habitante del Occidente del país durante muchos años. Como el tema
del prejuicio racial parece ser parte del subconsciente del no negro
al nacer, del mismo modo parece estar imbricado en el pensamiento del
Occidental lo relativo a la fobia hacia quienes emigran desde el
Oriente del país. En ocasiones se manifiesta a través de una burla
que aparentemente desea quedar en solo eso, una simple burla, pero
que (por si no lo saben nuestros hermanos de Occidente) muchos
Orientales sentimos y vivimos con cierta profundidad subjetiva. El
tema va y viene, constantemente son perceptibles puntuales
manifestaciones de animadversión hacia el Oriental pero, una carta publicada el pasado 23 de marzo por el periódico Granma suscrita por
J. Pozo Álvarez refiriéndose
a las migraciones internas no controladas causó que nos diéramos a
la tarea de explayar las aristas cuyo tratamiento se eludió en dicha
misiva. En líneas muy profesionales, Pozo Álvarez irradió un
mensaje subliminal que dejó en muchos lectores cierto sentimiento de
rechazo tras sentir cómo se simplifica y caracteriza sin atender
todos los entresijos y matices de la temática la realidad que como
aureola rodea a los Orientales.