Transcurre
el siglo XXI y adentrarse en el pensamiento cubano es una tarea de
primer orden para arrostrar el escenario actual en el que se
desenvuelve Cuba con la asunción de sus realidades, por muy duras
que estas sean.
Durante
los años que sucedieron a 1959, la esencia socialista del proceso
revolucionario que se desencadenó logró imbricarse en el ideario
del pueblo que en su gran mayoría lo asumió con gran entusiasmo,
entregado a un proyecto que le abrió muchas puertas de la nación
que hasta ese momento le habían sido vedadas. Dicho proceso de
concienciación ideológica tuvo sin embargo un rasgo que ha sido
considerado de manera correcta como negativo y que ha tenido una
capacidad de pervivencia digna de estudios profundos, reveladores y
con tendencia subversiva: el dogmatismo en el ejercicio de pensar.
Para ampliar al respecto del dogmatismo y su “decálogo”
recomiendo la lectura de personalidades notables de la
intelectualidad cubana como Fernando Martínez Heredia, cuyo
pensamiento utilizo para explayar mi percepción sobre lo que debe
prevalecer en el ideario cubano hoy.